15 oct 2008

Dejáme que te explique porque ya no puedo ver la luna junto a él, dejáme decirte como el frio polar le fue llenando las manos, y la escarcha de su aliento me resfrió las venas.

Lo vi moverse despacio hacia el fin de nuestros días, y no lo quise detener porque amo su forma lenta de arrastrar los pies, amo mirar su espalda cuando camina hacia el sol que decae en la tarde, y aunque se qué eso me aniquila, es tal la perfección del paisaje que no tendría el coraje de destruirlo con mi llanto y mis peguntas. Él solo quería de mi silencio, Chavela, mis silencios.

Vamos, canta esa canción, para que este muerto se vaya con una sonrisa complacida y escuchando tu desgarradora voz!

Tú me acostumbraste
a todas esas cosas,
y tú me enseñaste
que son maravillosas.

Sútil llegaste a mí como una tentación
llenando de ansiedad mi corazón.

Yo no comprendía cómo se quería
en tu mundo raro y por ti aprendí.
Por eso me pregunto al ver que me olvidaste
por qué no me enseñaste cómo se vive sin ti.